Artículo redactado por el equipo de CEMP
Validado por equipo docente
¿Te gustaría saber qué estudiar para trabajar en un laboratorio clínico? ¿Siempre has soñado con tener un empleo en el mundo de la salud y desarrollar tu labor alrededor de tubos de ensayo, microscopios, probetas y matraces?
Sin duda, el mundo de la investigación, la prevención y el diagnóstico de enfermedades es apasionante, aunque también es cierto que requiere vocación, una formación especializada y ciertas características de personalidad muy determinadas.
A lo largo de este artículo vamos a orientarte para que puedas saber qué cursos o líneas de formación son más interesantes para lograr tu objetivo, como podría ser un Máster en Análisis Clínico.
¿Comenzamos?
Un laboratorio clínico es un espacio donde se realizan análisis clínicos destinados a la investigación, el diagnóstico o la prevención de problemas de salud.
Por tanto, es una pieza clave para el mantenimiento de la salud colectiva, dando respuesta a esta necesidad social básica.
Como ya sabrás, los hay de distintos tipos y especialidades, y en estos centros trabajan diferentes profesionales de ámbitos científico-médicos muy variados.
Así, en el contexto de un laboratorio clínico, se realizan análisis de muestras biológicas humanas o animales que sirven para investigar o diagnosticar las más variadas patologías y para establecer el tipo de tratamiento que resulta más eficaz para combatirlas.
Entre las muestras biológicas objeto de análisis en un laboratorio clínico podemos destacar sangre, orina y heces como las más frecuentes; aparte de líquido sinovial, esputos, semen, exudados faríngeos, uretrales y vaginales, entre muchos otros.
Con los resultados obtenidos, el laboratorio clínico elabora el correspondiente informe analítico, que es el documento que resume los resultados del análisis, listos para enviarlos al médico o al paciente, según el caso.
La importancia de los laboratorios clínicos es fundamental, ya que permite al profesional de la medicina disponer de las herramientas necesarias para ejercer su práctica.
De hecho, la labor de los profesionales que trabajan en laboratorios clínicos sirve también de nexo entre la atención primaria y la especializada.
También hay que tener presente que el diagnóstico, tratamiento y prevención de muchas enfermedades conocidas siguen en proceso de estudio o perfeccionamiento. Además, cada día surgen nuevas afecciones que hay que investigar y atender. Por otro lado, la esperanza de vida cada vez es más larga.
Podemos encontrar laboratorios clínicos dentro de hospitales, laboratorios públicos y privados, pertenecientes a diferentes organismos o entidades, generales u orientados a un ámbito concreto de trabajo; puede haberlos de medicina humana o veterinaria, o en ámbitos tan diferenciados como la industria, la educación u otras vertientes de la ciencia médica.
Por todos estos factores, cada vez hay más trabajo para los laboratorios clínicos, en diferentes ámbitos y especialidades, y continúan siendo absolutamente necesarios para preservar la salud de la población.
De todos modos, antes de ver qué estudiar para trabajar en un laboratorio clínico, debemos repasar qué profesionales puedes encontrar en estos centros y cuáles son sus áreas más destacadas.
Los laboratorios clínicos generales, encargados de realizar las conocidas como pruebas de rutina, disponen de los siguientes departamentos y áreas de actuación más habituales, ordenados en función de su objeto de análisis:
Por tanto, los laboratorios se encargan del análisis clínico cuantitativo y cualitativo de todas estas áreas de forma habitual. De este modo, su personal, instalaciones y equipamiento requieren contar con la preparación adecuada para ello.
Por supuesto, también existen laboratorios clínicos especializados, que abarcan una o más áreas concretas. Estos abordan análisis de media o alta complejidad, dentro de las disciplinas vistas anteriormente o en otras. Por ejemplo, alergias, anatomía patológica, citogenética, etc.
En cualquier caso, para entender plenamente qué hay que estudiar para trabajar en un laboratorio clínico, también debemos analizar qué tipo de perfiles profesionales trabajan de forma coordinada en estos centros.
Como ya sabrás, los laboratorios clínicos están formados por equipos interdisciplinares. Es decir, que se componen de profesionales pertenecientes a diversas disciplinas.
Y es que, para diagnosticar una enfermedad, muchas veces es necesario implicar a médicos, biólogos y técnicos de laboratorio, entre otros perfiles.
De este modo, cada uno de estos profesionales aporta la visión especializada de su campo, unidos todos por el trabajo en equipo orientado a un mismo objetivo científico común.
Los perfiles más habituales son los siguientes:
Obviamente, es imprescindible estudiar para trabajar en un laboratorio clínico. De hecho, se necesita una formación académica específica como condición indispensable para acceder a este tipo de empleos.
Por otro lado, al haber diferentes tipos de laboratorios clínicos, existe también una amplia variedad de puestos que cubrir. Veamos qué formación se debe cursar para acceder a los más habituales:
Para cubrir este puesto debes estar en posesión del grado o licenciatura en Medicina.
Además, se requiere contar con la especialidad correspondiente al área en cuestión. En este terreno existe una gran variedad de especialidades: desde radiodiagnóstico hasta análisis clínicos, pasando por genética médica o anatomía patológica.
Un licenciado/a en Biología o Bioquímica puede trabajar también como especialista en su área dentro de un laboratorio clínico.
De hecho, podría desempeñar diferentes puestos: profesional de laboratorio, especialista en genética, en bioética, técnico de reproducción, etc.
Si cuentas con un grado o licenciatura de ciencias, por ejemplo, en Química, Ciencias Biomédicas, Farmacia, Biología o Biotecnología, podrías colocarte como técnico de laboratorio.
No obstante, hay otra vía formativa para trabajar en un laboratorio clínico como técnico. Se trata de cursar un ciclo formativo de grado medio o superior en esta especialidad.
También existe un ciclo formativo superior de laboratorio clínico y biomédico. Estos estudios capacitan para hacer análisis de muestras biológicas y ofrecen una panorámica general sobre técnicas generales, biología, fisiopatología, análisis bioquímico y hematológico, microbiología, etc.
Tiene una duración de 2.000 horas y se organiza en módulos. Para acceder a este ciclo, tienes diferentes posibilidades: centros públicos o privados, modalidad presencial y online, así como el acceso a través de pruebas libres.
Como requisito indispensable debes disponer de un título de Bachillerato o Técnico de FP.
Puedes trabajar de auxiliar de laboratorio con un grado o licenciatura de ciencias o mediante la realizando algún curso de formación profesional directamente relacionado con esta materia.
Las funciones principales en este puesto están relacionadas con el apoyo y asistencia en las diferentes tareas en un centro de estas características. Por ejemplo, preparación, organización de materiales, limpieza y mantenimiento de equipos, etc.
No podemos concluir nuestro repaso sobre qué estudiar para trabajar en un laboratorio clínico sin hacer referencia a los másteres de esta área.
Así, una magnífica opción para acceder a este tipo de trabajo es matricularse en un máster en análisis clínicos.
Por supuesto, existen muy diversas ofertas formativas al respecto, con diferentes características, precios y niveles de calidad. Por tanto, te recomendamos que dediques un tiempo a informarte sobre las distintas opciones, para encontrar la que mejor se adecue a tus necesidades.
Por tanto, prioriza aquellos másteres que:
Por tanto, si cuentas con formación en la rama científica o sanitaria y quieres formarte de manera específica en este ámbito o, simplemente, ampliar tus conocimientos para mejorar tus expectativas laborales, estos másteres son una excelente opción para ello.
Así, un buen máster en análisis clínicos te forma en especialidades como hematología, técnicas bioquímicas e inmunológicas, genética, microbiología y parasitología, virología, citología, etc. Además, te introduce en las técnicas necesarias para trabajar en este ámbito (recogida de muestras biológicas, pruebas bioquímicas, analíticas específicas, inmunología, etc.).
Sin duda, estos conocimientos pueden abrirte las puertas para trabajar en un laboratorio clínico.
Ahora que ya tienes más información sobre qué estudiar para trabajar en un laboratorio clínico, vamos a detenernos en las aptitudes necesarias para desarrollar esta labor de forma competente.
Efectivamente, además de conocer qué hay que estudiar para trabajar en un laboratorio clínico, es interesante saber qué habilidades o aptitudes son necesarias para desarrollar tareas relacionadas con el análisis clínico.
Así, además de la motivación por el conocimiento científico, podemos destacar las siguientes:
Ahora que ya sabes qué estudiar para trabajar en un laboratorio clínico, seguro que te resulta más fácil tomar una decisión acertada.
Por tanto, en función de cuál sea tu formación previa, tus necesidades específicas y tus expectativas laborales, podrás optar por vías académicas diferentes.
En cualquier caso, si lo que buscas es ampliar tus conocimientos, profundizando en la analítica clínica para mejorar tu perfil profesional, un buen máster en análisis clínicos como el que ofrece CEMP puede ser tu mejor alternativa.
Sin duda, podría mejorar tu empleabilidad de forma muy notable.
En cualquier caso, si quieres saber más sobre este programa, no dudes en solicitarnos más información sin compromiso a través del formulario de contacto.
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