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En este artículo veremos qué es un hemograma, cuáles son sus valores normales, por qué es una prueba tan útil y qué tipologías existen.
Tanto si eres un profesional sanitario como si tienes simple curiosidad, aquí encontrarás todas las respuestas.
El hemograma, conocido también como Conteo Sanguíneo Completo (CSC) o biometría hemática, constituye uno de los pilares fundamentales del diagnóstico médico.
Esta prueba de laboratorio médico se realiza sobre una muestra de sangre con el objetivo de evaluar el número, proporción y composición de los elementos figurados de la sangre.
Su relevancia radica en la capacidad de ofrecer un panorama general de la salud del paciente, además de ser una herramienta indispensable para el diagnóstico, seguimiento y control de una amplia gama de afecciones.
Así, este análisis permite detectar anomalías como aumentos o disminuciones fuera de lo común en los recuentos celulares, señalando la posible necesidad de investigaciones adicionales.
Lo vemos con más detalle en los siguientes apartados.
El análisis clínico con hemograma aporta al profesional una visión detallada de varios componentes sanguíneos. Cada uno aporta información crucial sobre diferentes aspectos de la salud:
De todos modos, aunque el hemograma sea una herramienta diagnóstica muy útil, no es definitiva por sí sola.
Los resultados deben interpretarse en conjunto con el cuadro clínico del paciente, su historia médica y, en muchos casos, requerirá estudios complementarios para un diagnóstico preciso.
Los valores normales del hemograma varían según la edad, sexo y otros factores específicos del individuo, por lo que la interpretación de los resultados debe ser realizada por profesionales capacitados.
Sin embargo, aquí te mostramos algunos datos generales que pueden servir de orientación, a partir de estudios realizados sobre el tema:
Además de estos valores, se analizan muchos otros, incluyendo los índices eritrocitarios como el Volumen Corpuscular Medio (VCM), la Hemoglobina Corpuscular Media (HCM) y la
Concentración de Hemoglobina Corpuscular Media (CHCM), que ofrecen información sobre el tamaño y contenido de hemoglobina de los eritrocitos.
Cada laboratorio calibra estos valores de referencia según su propia población y la tecnología utilizada, para proporcionar la interpretación más precisa posible.
Los hemogramas se clasifican según la profundidad y la técnica de análisis de los componentes sanguíneos. La elección de uno sobre otro dependerá del propósito clínico y del nivel de detalle requerido en el análisis:
En nuestro artículo sobre los tipos de análisis de sangre, encontrarás más detalles sobre estas cuestiones.
Ahora que ya sabes qué es un hemograma y cuáles son sus diferentes tipos, ¿te gustaría poder aplicarlo en la práctica profesional?
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