Artículo redactado por el equipo de CEMP
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Hoy en día, la criolipólisis es uno de los tratamientos estrella para la reducción de grasa, con una demanda que no deja de crecer entre los pacientes.
Su facilidad de aplicación y su carácter no invasivo lo convierten en una de las opciones preferidas de muchas personas.
En este artículo veremos en qué consiste, cuáles son los casos en que puede utilizarse y qué efectos se logran con su aplicación.
La criolipólisis es un procedimiento médico estético, no invasivo e indoloro, destinado a reducir la grasa localizada mediante la aplicación de frío controlado.
Este método, originado en la Universidad de Harvard, se basa en exponer las células grasas (adipocitos) a bajas temperaturas, lo cual induce su muerte programada o apoptosis, sin afectar a los tejidos circundantes.
Hoy en día la criolipólisis es uno de los tratamientos estéticos con más demanda, principalmente porque resulta muy cómodo para el paciente, al no implicar cirugía, anestesia, dolor, baja médica, agujas o medicamentos.
Esto también supone que no habrá grandes complicaciones durante la recuperación.
Entre otras opciones para los tratamientos de criolipólisis, se suele usar una tecnología conocida como Cooltech, que lo que hace es congelar el tejido adiposo, bajando la temperatura en la zona hasta -8 °C. Así se logra matar los adipocitos, que irán retirándose poco a poco de la piel en las semanas siguientes.
Resulta perfecto para personas que tienen zonas concretas en las que quieren reducir grasa, pero que no lo consiguen por medios tradicionales.
De este modo, se recomienda aplicar la criolipólisis en depósitos de grasa localizada y sin flacidez excesiva.
Hay que tener claro que no es un tratamiento para perder peso: no se pueden eliminar 10 o 20 kilos de golpe con esta intervención. En otras palabras, no está diseñada para la pérdida de peso generalizada, sino para tratar áreas específicas del cuerpo.
Veamos cuáles son las zonas donde mejores resultados puede ofrecer esta técnica.
La criolipólisis es efectiva en varias partes del cuerpo donde se acumula grasa localizada y no existe flacidez. De este modo, las zonas más habitualmente tratadas con este procedimiento suelen ser las siguientes:
Todas estas suelen ser áreas que acumulan grasa difícil de eliminar por medio del ejercicio físico habitual, y resultan muy complicadas de mejorar si no se abordan con la intervención de un médico especializado en estética.
Una vez se ha consultado al especialista y se han acordado los resultados que se quieren y pueden obtener, el profesional coloca una especie de parches conocidos como cool gel pads en la zona a intervenir.
Sobre estos, se procede luego con la máquina de criolipólisis para aplicar frío local de manera controlada, congelando la grasa. Tras la aplicación, la máquina se retira y se pasa a hacer un masaje en la zona.
En otras máquinas puede procederse con una succión de la piel, provocando la misma cristalización de la grasa.
Cada sesión de criolipólisis puede durar entre 60 y 90 minutos.
Después de la sesión, el cuerpo empezará a eliminar las células grasa muertas a través de los mecanismos propios del cuerpo. Por eso mismo, el especialista suele recomendar beber mucha agua durante las 2 semanas siguientes a la intervención (unos 2 litros diarios, si es posible).
Los resultados suelen ser visibles a partir de las 3 semanas, con un efecto máximo en torno a las 6-8 semanas. Sin embargo, no suele ser suficiente con aplicar el procedimiento una sola vez.
El número de sesiones necesarias varía según el caso, pero normalmente se realizan entre 2 y 3 sesiones en total, con un intervalo de 6 a 8 semanas entre cada una. Por tanto, lo habitual es que toda la intervención termine al cabo de unos 6 meses.
Tras el tratamiento, los pacientes pueden retomar sus actividades cotidianas inmediatamente, sin necesidad de tiempo de recuperación.
Dado que estamos hablando de tejido adiposo, no se puede garantizar que el efecto vaya a ser permanente. Sin embargo, esta intervención está ganando popularidad precisamente a través de los pacientes satisfechos que lo recomiendan a su entorno.
No hay que olvidarse de que la criolipólisis es solo un tratamiento superficial y estético que apenas puede reducir algunos centímetros de grasa en una zona muy específica. Si se quieren obtener los mejores resultados, es importante que el paciente mantenga una dieta equilibrada y un régimen de ejercicio regular.
Además, se puede combinar la criolipólisis con otros tratamientos estéticos, como la mesoterapia u otras técnicas de crioterapia, para mejorar la firmeza de la piel o acabar con la celulitis.
La criolipólisis, comparada con otros métodos de reducción de grasa como la liposucción, presenta un perfil de seguridad bastante alto y tiene un riesgo menor de efectos secundarios graves.
Sin embargo, como cualquier procedimiento médico, no está exenta de riesgos, y la aparición de efectos secundarios puede variar de una persona a otra.
Así, los efectos secundarios más comunes incluyen enrojecimiento, hematomas, hinchazón, picazón y entumecimiento en la zona tratada. Estas reacciones son generalmente temporales y suelen desaparecer en un período de 2 a 4 semanas.
En algunos casos, se ha visto que durante el proceso de eliminación de las células grasas muertas, puede presentarse diarrea.
Existen también algunas complicaciones menos habituales que pueden surgir después de un tratamiento de criolipólisis. Estas incluyen cambios en el color de la piel o sensación de boca seca, aunque no suelen presentarse habitualmente.
Como siempre, la mayor garantía de seguridad es contar con un profesional que tenga la formación adecuada y acudir a un centro debidamente habilitado para este tipo de procedimientos.
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