Artículo redactado por el equipo de CEMP
Validado por equipo docente
La cirugía reproductiva está devolviendo la esperanza a muchas personas que desean formar una familia, pero que no lo consiguen de manera natural.
Pero este campo de la medicina va más allá de las técnicas de reproducción asistida; también permite preservar la fertilidad encontrando y solucionando sus causas.
En este artículo buscamos dar a conocer las distintas aplicaciones de la cirugía reproductiva y qué procedimientos se aplican en los distintos casos.
Además, ofrecemos un repaso de los últimos avances tecnológicos que están transformando la forma en que la medicina aborda la infertilidad.
La cirugía reproductiva es el conjunto de procedimientos quirúrgicos utilizados para diagnosticar y tratar problemas de fertilidad tanto en el hombre como en la mujer.
En ambos casos, se examina el aparato reproductor para identificar posibles anomalías que estén causando dificultades para concebir.
Una vez detectadas, los especialistas recomiendan tratar de revertirlas antes de aplicar técnicas de fertilización más invasivas.
El motivo es que, aunque los avances científicos han desarrollado técnicas que facilitan la unión del espermatozoide y el óvulo, el éxito de estos tratamientos depende en gran parte del abordaje de las causas subyacentes.
Por tanto, este tipo de intervenciones buscarían restaurar la normalidad anatómica y fisiológica del sistema reproductor para, así, crear las condiciones adecuadas para que la reproducción pueda ocurrir de manera natural o asistida.
Aunque el propósito fundamental de la cirugía reproductiva es diagnosticar y corregir anomalías anatómicas o funcionales que impiden la concepción natural, puede tener hasta tres objetivos distintos según el caso en el que se aplique:
La finalidad es tratar la infertilidad mediante la corrección de disfunciones, patologías o problemas específicos.
Mediante técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, los especialistas pueden tratar condiciones causantes de infertilidad en uno y otro género.
En el caso de la mujer, las más comunes son:
En el masculino, la cirugía se centra en solucionar obstrucciones, mejorar la producción espermática o facilitar la extracción de gametos para técnicas de reproducción asistida.
El abordaje de estas patologías aumenta la efectividad de tratamientos de reproducción asistida posteriores.
Aunque no es una cirugía en sí misma, la fertilización in vitro (FIV) está diseñada para ayudar a parejas o mujeres solas que enfrentan dificultades para lograr un embarazo.
Es una técnica avanzada de reproducción asistida que se realiza después de intervenciones quirúrgicas reproductivas cuando no se logra la concepción natural.
El proceso comprende varias etapas, en las que participan tanto el hombre como la mujer:
Es el procedimiento en el que mayores avances se ha producido, hasta el punto de posibilitar la paternidad biológica en casos de infertilidad severa, donde era prácticamente imposible recuperar espermatozoides sanos.
La preservación de la fertilidad es, cada vez más, una prioridad en pacientes que enfrentan tratamientos médicos que podrían comprometer su capacidad reproductiva futura.
Es el caso de mujeres con cáncer ginecológico que aún no han cumplido su deseo de tener hijos.
Aquí, las técnicas quirúrgicas conservadoras permiten preservar tejido reproductivo suficiente para mantener la posibilidad de concebir en el futuro, ya sea de forma espontánea o mediante técnicas de reproducción asistida.
En hombres, se opta por preservar el semen antes de quimioterapia, aunque técnicas como la biopsia testicular profiláctica ganan terreno en casos de alto riesgo de azoospermia.
También se está probando la preservación testicular en pacientes pediátricos prepúberes con cáncer.
Los dos procedimientos principales en cirugía reproductiva son la laparoscopia y la histeroscopia por todas las ventajas que presentan:
Además, son las más efectivas para el diagnóstico y el tratamiento de la infertilidad.
La laparoscopia consiste en introducir una pequeña cámara al lado del ombligo bajo anestesia general. Durante el procedimiento, se introduce gas carbónico en el abdomen para expandir la cavidad y proporcionar una visión clara de los órganos reproductores.
Se utiliza tanto para diagnosticar como para realizar reparaciones quirúrgicas cuando se detectan anomalías.
Es la intervención más frecuente en mujeres para el tratamiento de endometriosis, que afecta al 30-50% de las pacientes con dificultades reproductivas.
En hombres, se emplea para tratar varicoceles. Este procedimiento, denominado varicocelectomía laparoscópica, liga las venas afectadas mediante pequeñas incisiones abdominales, mejorando la movilidad y concentración espermática.
Las y los pacientes regresan a casa el mismo día y retoman sus actividades normales en una o dos semanas.
La histeroscopia, por su parte, se utiliza solo en mujeres (en hombres, su equivalente sería la cistoscopia o la vasoscopia).
Permite examinar de forma directa la cavidad uterina y el canal cervical mediante un instrumento óptico delgado llamado histeroscopio, que se introduce a través de la vagina.
Se utiliza para identificar y tratar patologías intracavitarias que puedan afectar a la fertilidad, la salud reproductiva o causar síntomas ginecológicos, como sangrado anormal.
Es la técnica que mejores tasas de implantación embrionaria reporta una vez realizada. La recuperación es rápida, pudiendo retomar la actividad normal diaria en uno o dos días.
Los progresos tecnológicos y científicos en cirugía reproductiva han impulsado nuevas técnicas que han mejorado la precisión, la personalización de los tratamientos y las tasas de éxito, tanto en hombres como en mujeres:
Todos estos avances están permitiendo tratar casos que antes no tenían solución, pero para conseguir los mejores resultados para cada paciente se necesitan profesionales que estén en constante actualización.
En este sentido, el Máster en Fertilidad de CEMP da respuesta a esta necesidad del sector, recogiendo en su temario toda la praxis en fertilidad y medicina asistida, proporcionando, además, un programa de prácticas en centros reproductivos.
En definitiva, no hay duda de que el campo de la cirugía reproductiva está en constante evolución y tiene un futuro prometedor, con una constante demanda de profesionales suficientemente cualificados.
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