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¿Qué es el dolor neuropático?

Artículo redactado por el equipo de CEMP

Validado por equipo docente

Validado por equipo docente

En este artículo veremos qué es el dolor neuropático, cuáles son sus síntomas y causas, y cómo podemos abordar este tipo de patologías con una formación adecuada.

Y es que, a pesar de vivir en una sociedad cada vez más familiarizada con el dolor crónico, el dolor neuropático sigue pasando desapercibido.

¿Qué es el dolor neuropático y cómo se produce?

El dolor neuropático es un tipo de dolor crónico que se origina debido a un daño o mal funcionamiento del sistema nervioso.

Cuando ocurre, se produce una hipersensibilidad hacia estímulos y sensaciones que, transmitidos desde diferentes partes del cuerpo, llegan al cerebro en forma de señales de dolor.

Esto sucede incluso cuando no hay una causa real de dolor.

Como resultado, las personas con dolor neuropático pueden sentir dolor intenso ante estímulos que normalmente no causarían molestia, como un leve roce en la piel.

Este fenómeno recibe el nombre de alodinia, y muchas personas lo sufren con actividades tan cotidianas como vestirse o dormir, algo que merma su calidad de vida.

Por ahora, el dolor neuropático puede paliarse, pero no curarse de manera definitiva.

¿Cuáles son las características del dolor neuropático?

El dolor neuropático se caracteriza por sensaciones anormales conocidas como disestesias.

Los pacientes suelen describir estas sensaciones como quemantes, eléctricas, punzantes o de hormigueo, y que pueden ser espontáneas (sin razón aparente) o provocadas por estímulos externos.

En función de las características del dolor percibido, suele recibir un nombre diferente:

  • Hiperalgesia: respuesta exagerada ante estímulos dolorosos.
  • Parestesias: sensaciones anormales no dolorosas como hormigueo o entumecimiento.
  • Dolor lancinante: sensación de dolor agudo y punzante.
  • Hiperestesia: sensibilidad aumentada a estímulos sensoriales.
  • Hiperpatía: reacción dolorosa anormal a estímulos repetitivos.

Además, también puede notarse sensación de frío o calor anormal y dificultad para mover cierta parte del cuerpo en la zona afectada.

Como estas características varían en intensidad y combinación entre los pacientes, el dolor neuropático es una condición compleja de manejar.

Consecuencias para la salud y la calidad de vida del paciente

Las consecuencias de este tipo de dolor se dejan ver hasta en un 60,4% de las personas que lo padecen, siendo las más comunes:

  • Las alteraciones del sueño: la dificultad para conciliar o mantener el sueño lleva a menudo a la fatiga crónica y a exacerbar otros síntomas.
  • Las alteraciones cognitivas: la concentración y la memoria pueden verse afectadas, impactando en el rendimiento laboral y académico.
  • Los problemas de salud mental: la prevalencia de depresión en pacientes con dolor neuropático es alta y suele ir acompañada de episodios de ansiedad. Estas condiciones psiquiátricas intensifican la percepción del dolor, creando un círculo vicioso.
  • Las limitaciones funcionales: muchos pacientes se ven obligados a restringir sus actividades diarias, perdiendo su independencia.
  • El impacto laboral y económico: existen dificultades reales para mantener el empleo. La alternativa suele ser reducir las horas de trabajo, con la correspondiente reducción en sueldo y poder adquisitivo.
  • El aislamiento social: las limitaciones físicas y el estado emocional alterado afectan a las relaciones personales y familiares.
  • El deterioro general de la calidad de vida: solo el 23,4% de las personas que sufren este dolor valoran su calidad de vida como buena o muy buena.

De aquí la importancia de un diagnóstico temprano y un tratamiento integral del dolor neuropático, que aborde no solo el aspecto físico, sino también el impacto psicológico y social en la vida del paciente.

Origen y tipos de dolor neuropático

Para tratar el dolor neuropático es imprescindible identificar en qué parte del sistema nervioso se está originando.

Los síntomas que produce dan algunas pistas de ello y permiten clasificarlo en alguno de estos 3 tipos de dolor neuropático:

1. Dolor neuropático periférico

El dolor neuropático periférico afecta a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal.

Sus manifestaciones son las sensaciones de quemazón, hormigueo o entumecimiento en las extremidades, especialmente en manos y pies.

2. Dolor neuropático central

Este tipo de dolor surge cuando las fibras nerviosas del cerebro o la médula espinal han sufrido daño.

Puede aparecer después de un ictus o en enfermedades como la esclerosis múltiple.

Sus signos son el dolor constante, ardor o sensación de presión en áreas específicas del cuerpo.

3. Dolor neuropático por lesión o enfermedad

Puede aparecer después de un accidente o trauma que haya dañado el sistema nervioso.

Los pacientes pueden experimentar dolor intenso y persistente en el área afectada, junto con alteraciones en la sensibilidad.

Ciertas enfermedades también pueden causar dolor neuropático, como la diabetes, el Parkinson o algunas infecciones.

Los síntomas varían según la enfermedad subyacente, pero los más comunes son el dolor ardiente, las sensaciones de frío o calor anormales y la hipersensibilidad al tacto.

Causas y tratamiento del dolor neuropático

El dolor neuropático puede originarse por diversas condiciones que generan daño nervioso, algunas de ellas ya mencionadas:

  • Infecciones: el herpes zóster (culebrilla) puede causar neuralgia posherpética, y la enfermedad de Lyme puede provocar neuropatía periférica.
  • Deficiencias nutricionales: la carencia de vitaminas B, especialmente B1 y B12, puede llevar a neuropatías ópticas nutricionales.
  • Toxinas: la exposición al plomo, metanol (alcohol de madera) o etilenglicol (anticongelante) puede resultar en neuropatía óptica tóxica.
  • Enfermedades autoinmunes: el lupus y la artritis reumatoide pueden causar neuropatía periférica al atacar el sistema nervioso.
  • Traumatismos: lesiones por cirugía, como en el caso de mastectomías o toracotomías, pueden desarrollar dolor neuropático.

El diagnóstico se basa en una combinación de la historia clínica del paciente, un examen físico y pruebas neurológicas específicas.

Y, en función de la causa, el tratamiento del dolor neuropático contemplará el uso de medicamentos antidepresivos, antiepilépticos y, en algunos casos, opioides.

Sin embargo, cada vez más, se opta por un enfoque multifacético que incorpora las terapias no farmacológicas para el manejo del dolor y del estrés que causa la enfermedad.

Algunas de las que han demostrado su eficacia para reducir la discapacidad asociada y la depresión o los trastornos del sueño son la fisioterapia reumatológica, la estimulación eléctrica transcutánea y la radiofrecuencia sobre los nervios.

Formarse en manejo y tratamiento del dolor para ayudar a los pacientes

Sin duda, las necesidades y las demandas de los pacientes con dolor neuropático están claras.

Por eso, cada vez más profesionales sanitarios optan por realizar una formación especializada, como el Máster en Manejo y Tratamiento del Dolor de CEMP.

Su temario incluye módulos que capacitan para tratar el dolor neuropático:

  • Módulo 2: Tratamiento farmacológico del dolor
  • Módulo 3: Tratamiento no farmacológico del dolor
  • Módulo 6: Manejo del dolor en poblaciones especiales

Además, incluye prácticas en empresas y garantiza una doble titulación acreditada por la UCAM (Universidad Católica de Murcia).

En definitiva, ahora que sabes qué es el dolor neuropático y por qué puede ser una condición tan incapacitante, ¿te parece un campo de especialización interesante?

¿Quieres saber más acerca de alguno de nuestros Másteres?

Rellena este formulario y uno de nuestros asesores se pondrá en contacto contigo.

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