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¿Cómo se elaboran los cosméticos?

Artículo redactado por el equipo de CEMP

Validado por equipo docente

Validado por equipo docente

El cómo se elaboran los cosméticos hoy en día no tiene nada que ver con cómo se hacía antaño: es necesario seguir una determinada normativa e incluir componentes que aseguren la integridad de la fórmula para que sea segura para la piel.

En este artículo te lo explicamos en detalle.

No obstante, antes, debes conocer los pasos previos que se han de tener en cuenta para tener claro el tipo de cosmético que se quiere fabricar, y para quién.

Antes de fabricar: ¿qué tipo de cosmético queremos formular?

La fabricación de un cosmético empieza en el momento en que se detecta una necesidad de mercado y se analiza si está siendo satisfecha.

Para ello, tendremos que ir más allá y plantearnos las siguientes cuestiones:

¿A qué tipo de pieles y público estará dirigido?

El tipo de piel y sus necesidades a cada edad va a ser lo que marque todo lo demás. No es lo mismo una piel grasa que busca fórmulas ligeras y no comedogénicas, que una piel seca que prefiere productos muy nutritivos.

En el primer caso, puede que nos queramos dirigir a un público adolescente; en el segundo, es probable que el target sea más adulto porque busca un cuidado de reducción de arrugas.

Otros tres tipos de pieles a los que se puede dirigir un cosmético son:

  • Las sensibles.
  • Las mixtas.
  • Las normales.

¿Qué necesidades específicas de la piel satisface?

Al escoger el tipo de piel al que va dirigido el cosmético, han de tenerse en cuenta sus necesidades específicas para acertar después con los ingredientes.

  • La piel normal busca hidratación y protección para no perder el equilibrio que la caracteriza; la piel seca, en cambio, necesita nutrición y reparación.
  • En el caso de la piel grasa, el foco está puesto en la higiene facial y el control de grasa, muy similar a la piel mixta pero aportando un poco más de hidratación.
  • Por último, la piel sensible buscará equilibrio y mitigar síntomas molestos como la rojez o el picor.

¿Cuáles son los mejores principios activos para cubrirlas?

A necesidades diferentes, principios activos diversos.

Mientras que para las pieles grasas y mixtas se elegirán ingredientes astringentes como el ácido salicílico o la arcilla, para una piel seca un cosmético deberá incluir aceites naturales (aceite de argán, aceite de jojoba) y mantecas (manteca de karité).

Para las pieles normales y las sensibles, en cambio, se buscará calmar e hidratar sin aportar sensación de grasa con ácido hialurónico, ceramidas u otros componentes similares.

¿Qué pH es el adecuado para que funcione?

Algunos ingredientes actúan mejor en un rango de pH específico. El ácido glicólico, por ejemplo, funciona mejor a un pH ácido (3-4) para exfoliar.

En cambio, el hialurónico necesita un pH neutro para hidratar.

¿Qué textura es la más idónea para el cosmético?

En función de cada piel, necesidad y principio activo deberá definirse la textura del cosmético:

  • La textura crema es ideal para pieles secas porque, además de hidratar en profundidad, protege de las inclemencias externas.
  • El gel es más adecuado para pieles grasas o mixtas. Al no contener aceites, es muy ligero y no deja rastro gastro. Los sérums se caracterizan por tener este tipo de textura, así como las cremas en gel (un híbrido entre las dos texturas anteriores)

Cómo se elaboran los cosméticos: componentes básicos

Una vez recopilada toda esta información, se procede al diseño de la fórmula preliminar, que estará formada por:

Base

La base líquida del cosmético, generalmente agua o alcohol, actúa como disolvente para mezclar otros ingredientes y formar una emulsión o una solución, en función del resto de principios activos y excipientes.

Sin ella, sería imposible estabilizar la fórmula.

Principios activos

Son las sustancias que proporcionan beneficios específicos al producto y determinan su eficacia: hidratantes, antioxidantes, antiarrugas, etc.
Por ejemplo, el ácido salicílico para el acné o el retinol para los signos de la edad.

Excipientes

Son ingredientes adicionales que mejoran la textura, la hidratación o la sensación en la piel para elevar la experiencia del usuario con el cosmético.
Algunos proporcionan propiedades al producto, como la glicerina (humectante), o el extracto de manzanilla (calmante). Otros son simplemente espesantes de la fórmula.

Vehículos

Los vehículos distribuyen de forma uniforme todos los ingredientes y los transportan a la piel para que se absorban.

Pueden ser:

  • Aceites vegetales.
  • Siliconas.
  • Emulsionantes.

Aditivos o rellenos

La función de estos componentes es mejorar la textura, el olor, la apariencia y la estabilidad del producto para que sea más agradable de utilizar.

En este grupo entran:

  • Las fragancias.
  • Los colorantes.
  • Los espesantes.

Conservantes

Los conservantes, como los parabenos, garantizan la durabilidad y la seguridad de los cosméticos, gracias a que evitan la oxidación y el crecimiento de microorganismos, que podrían alterar la fórmula, de modo que dejase de ser segura para la piel.

Al elegir todos estos componentes es importante asegurarse de que sean compatibles y que se mantengan estables desde la fabricación hasta su uso por parte del consumidor.

Después de la elaboración: pruebas de estabilidad, seguridad y eficacia

Con la fórmula definida, se elaboran lotes piloto para evaluar su calidad y el cumplimiento de las normativas.

  • Con las pruebas de estabilidad se predice el comportamiento del producto en diferentes condiciones de temperatura, humedad y luz, para asegurar que mantendrá sus propiedades inalteradas durante toda su vida útil.
  • En las de seguridad se confirma que el cosmético tendrá una buena tolerancia cutánea en voluntarios humanos.
  • Por último, las pruebas de eficacia miden el cumplimiento de las promesas del producto (por ejemplo, el alisar las arrugas).

Pasos finales: aprobación y venta de los primeros lotes

Una vez aprobada la fórmula, se producen los primeros lotes que saldrán a la venta, pero se continúa evaluando su estabilidad durante, al menos, 3 años.

Todo esto es solo una pincelada de lo que implica formular y poner a la venta tu propio cosmético.

El proceso completo de cómo se elaboran los cosméticos, así como las bases de la dermocosmética y la legislación aplicable, puedes aprenderlo en nuestro máster en Cosmética y Dermofarmacia.

De hecho, el módulo 8 está íntegramente dedicado a esta cuestión.

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