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Síndrome piramidal: qué es, causas y tratamiento

Artículo redactado por el equipo de CEMP

Validado por equipo docente

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El síndrome piramidal es un dolor muscular muy común que experimenta el 48% de la población al menos una vez en su vida, pero que genera dudas en su diagnóstico.

Para disiparlas, en este artículo vamos a ver cuáles son sus síntomas, las causas y los tratamientos más comunes.

¿Qué es el Síndrome piramidal o piriforme?

El Síndrome piriforme, también diagnosticado como Síndrome del piramidal, es un dolor en la zona de los glúteos que ocurre cuando el músculo piriforme presiona el nervio ciático, causando síntomas similares a los de una ciática.

Esto es debido a que el músculo piriforme o piramidal se encuentra en los glúteos, justo encima del nervio ciático.

Se extiende desde la parte inferior de la columna vertebral hasta la parte posterior de la pierna, pero el dolor que produce es distinto según suframos una afectación u otra:

  • Con el síndrome del piramidal el foco del dolor está en la región glútea y a menudo surgen dificultades para sentarse.
  • En la ciática, el dolor irradia desde la parte baja de la espalda y recorre todo el nervio, dejando entumecida toda la pierna.

Síntomas comunes de un piramidal lesionado

Para clarificar cualquier sospecha de lesión en el piramidal, hay algunos síntomas relacionados:

  • Dolor punzante localizado en la región glútea, y que aumenta con ciertos movimientos como rotación externa de la cadera
  • Empeoramiento del dolor al sentarse, sobre todo durante períodos largos
  • También se exacerba al caminar, subir escaleras o realizar actividades repetitivas
  • Molestias en la parte posterior del muslo, la rodilla y el pie
  • Hormigueo o entumecimiento en la pierna afectada
  • Sensación de pesadez que dificulta levantar el pie del suelo
  • Empeoramiento del dolor al sentarse
  • Dificultad de movimiento después de un tiempo prolongado de inactividad

El Síndrome piriforme puede manifestarse de forma bilateral, afectando ambas piernas. No obstante, lo más común es que sea unilateral.

Causas del síndrome piramidal

El síndrome del piramidal aparece por 4 mecanismos de lesión muy concretos:

  1. Traumatismos repetidos o sobreuso: por actividades que implican movimientos repetitivos de las piernas, como correr, bailar o el ciclismo. Así, generan microtraumatismos que irritan e inflaman el músculo piramidal.
  2. Contractura muscular: el engrosamiento o acortamiento de las fibras del músculo piramidal genera presión sobre el nervio ciático adyacente, provocando dolor y posibles irradiaciones hacia los miembros inferiores a lo largo de su recorrido.
  3. Neuropatía por atrapamiento: la fascia que recubre al músculo piriforme se inflama y atrapa al nervio ciático. Al verse comprimido, desencadena toda la sintomatología del síndrome piramidal.
  4. Movimientos de rotación interna de cadera: en este caso, es la parte tendinosa del piramidal la que ejerce presión sobre el nervio ciático, que se inflama.

Por sus causas, es más común en personas activas, como profesionales y deportistas que realizan movimientos repetitivos de las piernas o que pasan largos períodos sentados.

En concreto, se diagnostica en pacientes durante la cuarta o quinta década de vida y, sobre todo, en mujeres.

Diagnóstico de una lesión en el piramidal

Para diagnosticar adecuadamente el síndrome piramidal, se requiere una combinación de examen físico, pruebas de imagen y, en algunos casos, pruebas electro-diagnósticas:

Examen físico y exploración

El médico o fisioterapeuta evalúa la postura, la movilidad de la persona y realiza diferentes pruebas físicas para determinar la presencia de dolor y restricciones en los movimientos, como algunos tests:

  • Test FAIR
  • Test Pace
  • Test Beatty
  • Test Freiberg
  • Test HCLK
  • Test Mirkin

Pruebas de imagen

Además del examen físico, se pueden utilizar diversas pruebas de imagen que ayudan a confirmar el diagnóstico:

  • Radiografía: permite descartar otras causas de dolor en la zona.
  • Resonancia Magnética (RM): muestra con detalle las estructuras del músculo piramidal y el nervio ciático para valorar si existe inflamación o contractura.
  • Ecografía: proporciona imágenes en tiempo real y es útil para realizar infiltraciones eco-guiadas en el tratamiento.

Pruebas electro-diagnósticas

Principalmente, la electromiografía (EMG), que se utiliza para detectar las pequeñas señales eléctricas que generan los músculos cuando están inflamados o irritados.

¿Cómo se cura el síndrome piramidal? Posibles tratamientos

Las lesiones en el músculo piriforme tienen cura y a menudo exigen la combinación de al menos dos de estos tres tratamientos:

Reposo y medicación

La primera recomendación del médico o el especialista va a ser el reposo y, por supuesto, evitar cualquier actividad que pueda agravar la sintomatología.

Al principio, cuando existe mayor dolor, se puede recomendar la aplicación alterna de frío y de calor local para reducir la inflamación y el uso de relajantes musculares para aliviar el dolor.

Tratamiento fisioterapéutico

La fisioterapia es el abordaje principal para el síndrome del piriforme, y se centra en la terapia manual con masajes y técnicas de liberación miofascial para reducir la tensión muscular.

En paralelo, un fisioterapeuta deportivo puede recomendar al paciente la realización de ejercicios de estiramiento para el músculo piramidal y la zona lumbar.

El objetivo del tratamiento es mejorar la movilidad y reducir la irritación del nervio ciático.

Terapias invasivas y quirúrgicas

En casos más graves y/o crónicos, se pueden considerar intervenciones quirúrgicas para liberar la compresión del nervio, pero es la última opción.

Antes, es muy común aplicar inyecciones analgésicas con esteroides o con toxina botulínica en el músculo, que mitigan la irritabilidad y mejoran los síntomas mucho más rápido.

El tipo y duración del tratamiento varía según la gravedad de los síntomas y la respuesta individual.

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