Artículo redactado por el equipo de CEMP
Validado por equipo docente
La bioestimulación de colágeno es una de las técnicas más demandadas en medicina estética para rejuvenecer y mejorar la calidad de la piel sin recurrir a procedimientos quirúrgicos.
Por eso existen cada vez más profesionales quieren especializarse en estas técnicas.
Su uso requiere ciertas habilidades y conocimientos que vamos a explicar en este artículo: las técnicas y áreas de aplicación, la metodología paso a paso, y las precauciones imprescindibles que se han de tomar para garantizar el éxito del tratamiento y la seguridad del paciente.
Si quieres dominar la aplicación de bioestimuladores de colágeno faciales, sigue leyendo.
El uso de bioestimuladores de colágeno es muy común en ciertas secciones del rostro.
Dependiendo del área a tratar, el profesional elige la técnica de inyección más indicada para que la aplicación sea segura y el resultado muy natural:
En esta zona, el objetivo es recuperar el volumen perdido y mejorar la firmeza. Para ello, se utiliza la técnica de retroinyección, que consiste en introducir la aguja o microcánula hasta la dermis profunda para infiltrar el producto.
A continuación, se retira lentamente el dispositivo para que la distribución del colágeno de la piel sea homogénea y no aparezcan irregularidades.
En la parte superior de los pómulos también se emplea la retroinyección, en este caso en plano subdérmico y con microcánulas de longitud adaptada a la anatomía del paciente.
Esta precisión es imprescindible para una zona que necesita mucho soporte para poder realzar los contornos faciales. Aun así, la dosis se ajusta para prevenir un efecto sobredimensionado.
Aquí, la piel y tejido subcutáneo son más delgados, por lo que se recomienda un abordaje subdérmico profundo con microcánula flexible.
Normalmente, se trabaja en abanico, depositando pequeñas cantidades para evitar depresiones o hundimientos y mejorar la continuidad del contorno lateral de la cara.
Para definir el ángulo de la mandíbula y tensar la zona, se recurre a la técnica lineal y retroinyección, actuando en un plano profundo y siguiendo la línea mandibular.
Se busca generar un estímulo uniforme que reafirme y marque el perfil sin dar un aspecto artificial.
Esta área, situada delante de la oreja, suele tratarse para reafirmar la parte lateral del rostro.
El profesional aplica una técnica lineal retrógrada o depósitos puntuales en el plano subdérmico para mejorar la sujeción de los tejidos y suavizar arrugas finas.
Al ser una zona donde la piel es más fina y sensible, se recurre a técnicas en abanico o lineales múltiples, empleando cantidades moderadas y distribuidas en forma superficial.
El objetivo es fortalecer la estructura cutánea y mejorar la redensificación sin causar cúmulos.
Aparte del rostro, los bioestimuladores de colágeno se están aplicando cada vez en el dorso de las manos para disminuir los signos de la edad, como las arrugas finas o la flacidez. También se usa para atenuar la visibilidad de venas y tendones.
Para este tratamiento se recurre a la técnica de depósito en retroinyección con pequeños bolos o hilos lineales, siempre en la parte profunda de la dermis.
La bioestimulación de colágeno se aplica siguiendo un procedimiento muy estricto que trata de minimizar las complicaciones y optimizar los resultados.
Este es el paso a paso habitual:
El especialista revisa el historial clínico del paciente y realiza un diagnóstico facial detallado para seleccionar el producto y la técnica más adecuados.
Además, se explican los posibles efectos secundarios que pueden aparecer tras la aplicación de bioestimuladores de colágeno, entre los que destacan los siguientes:
Por último, se acuerda el plan de sesiones según las necesidades del paciente.
Antes de iniciar el tratamiento, la zona objetivo se limpia con soluciones antisépticas para evitar infecciones y se toman otras medidas de seguridad del entorno:
Todo esto reduce el riesgo de contaminación cruzada y da las máximas garantías de seguridad tanto para el paciente como para el personal sanitario.
En función de la sensibilidad de la zona y las preferencias del paciente, se puede aplicar una crema anestésica tópica entre 20-30 minutos antes del procedimiento.
El producto se infiltra en la profundidad indicada según el área (subdérmica o dermis profunda), mediante microcánula o aguja fina, siguiendo la técnica seleccionada (retroinyección, hilo lineal, abanico, depósito, etc.).
Es habitual realizar un suave masaje en la zona para favorecer la distribución del producto, siempre según indicación del médico.
Es importante verificar que la piel queda homogénea y sin bultos visibles.
El profesional informa sobre los cuidados posteriores básicos: protegerse del sol y de calor, evitar el ejercicio intenso, mantener la piel limpia e hidratada, tomar colágeno, en su caso, etc.
Además, traslada al paciente cuál será la evolución esperada durante las siguientes semanas:
Generalmente, se acuerda una cita de seguimiento en la que también se valora programar posibles sesiones adicionales.
La bioestimulación, que es uno de los tratamientos estéticos estrella para el rejuvenecimiento facial, puede considerarse muy segura.
Sin embargo, la técnica correcta requiere un buen dominio de la anatomía facial.
De lo contrario, existe un riesgo alto de asimetría facial y formación de nódulos o granulomas si el producto se inyecta demasiado superficialmente o en cantidades inadecuadas.
Además, las reacciones alérgicas son muy comunes en personas con enfermedades autoinmunes y durante el embarazo y lactancia.
Para evitar estas consecuencias, el tratamiento debe aplicarlo un profesional sanitario especializado, que sabrá elegir el producto idóneo, la dosis adecuada y la técnica más segura para minimizar cualquier riesgo.
En este sentido, el Máster en Medicina Estética de CEMP proporciona el conocimiento teórico y práctico necesario para que los profesionales de esta área realicen esta y otras operaciones estéticas con seguridad, cursando módulos formativos como los siguientes:
Además, este máster incluye prácticas en centros especializados y un plan de empleabilidad individualizado.
En definitiva, esta formación, unida a la alta demanda de tratamientos bioestimulación de colágeno, hacen de la medicina estética una profesión de futuro y con una alta probabilidad de éxito.
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