Artículo redactado por el equipo de CEMP
Validado por equipo docente
Pacientes y profesionales se enfrentan a menudo a la coyuntura de elegir entre neuromoduladores o ácido hialurónico.
El motivo es que, aunque ambos tratan los signos de la edad, funcionan de maneras muy distintas y están indicados para necesidades diferentes.
Por eso, en este artículo explicamos qué es cada uno, cómo actúan, cuáles son los problemas que mejor tratan, así como sus ventajas, limitaciones y duración.
Además, incluimos una pequeña guía para elegir el tratamiento más adecuado según las características individuales y cuándo es aconsejable combinar ambos para lograr un rejuvenecimiento natural y armónico.
Tanto si quieres ampliar conocimientos, como si deseas avanzar en tu carrera dentro de la medicina estética, sigue leyendo.
Aunque los neuromoduladores y el ácido hialurónico se suelen combinar en tratamientos de armonización facial, conviene conocer en qué se diferencian y en qué casos es más adecuado elegir uno u otro:
Entender la naturaleza de cada producto ayuda a apreciar por qué se usan en contextos distintos y, a veces, complementarios:
Así pues, cada tratamiento de rejuvenecimiento facial está indicado para diferentes indicaciones dermatológicas.
El modo en que actúan ambas sustancias es muy distinto, siendo esencial conocerlo para seleccionar el producto idóneo en cada paciente y zona a tratar:
Esta diferencia en la vía de acción, especialmente evidente en la toxina botulínica y el ácido hialurónico, hace que cada producto aborde de manera única los signos del envejecimiento facial.
En función del origen de las arrugas que se desean tratar, será más adecuado elegir una técnica u otra:
Esta distinción permite crear tratamientos a medida, capaces de dar respuesta a todo tipo de necesidad facial.
Los potenciales efectos secundarios y la tolerancia varían según el tipo de producto y el paciente, aunque ambos presentan alta seguridad cuando se aplican por profesionales cualificados:
Conocer los efectos y la duración de cada tratamiento permite establecer un plan de mantenimiento realista y seguro.
La acción sobre el volumen y el aspecto de la piel determina el impacto visual de cada procedimiento y su idoneidad para corregir determinados signos:
De este modo, al entender cómo alteran los neuromoduladores y el ácido hialurónico la estructura facial, se pueden plantear tratamientos altamente personalizados y favorecer resultados más naturales.
Elegir entre neuromoduladores o ácido hialurónico pasa por valorar de forma adecuada el problema y las características individuales del paciente, a través de los siguientes factores:
El primer paso es identificar el tipo de arrugas que predominan: las que aparecen con los gestos (arrugas dinámicas) o aquellas que van acompañadas con pérdida de volumen y que están presentes incluso en reposo (arrugas estáticas o flacidez).
Las primeras suelen beneficiarse del tratamiento con neuromoduladores, mientras que las segundas requieren ácido hialurónico o ambos a la vez si hay solapamiento.
Ciertas características biológicas y de envejecimiento facial también condicionan la elección:
Esta valoración ayuda a individualizar la intervención y a que el resultado sea lo más equilibrado y seguro posible.
Es importante transmitirle al paciente que ninguno de los tratamientos es permanente, sino que ambos requieren mantenimiento periódico.
Los neuromoduladores deberán repetirse cada 4-6 meses; el ácido hialurónico, según la zona y metabolismo, cada 6-18 meses.
Se debe subrayar que el resultado final será un rejuvenecimiento natural, evitando un cambio muy brusco o artificial.
La combinación de ambos métodos es muy habitual en tratamientos full face, donde se busca un rejuvenecimiento más global, porque se corrigen tanto las marcas de expresión como la pérdida de volumen y la deshidratación cutánea.
Además, permite tratar diferentes tipos de arrugas y estructuras a la vez. Por ejemplo:
Estos tratamientos combinados potencian la naturalidad del resultado, tal y como evidencia la revisión sistemática de la Dra. Rosa Iriarte sobre su uso en el área perioral.
Al elegir esta opción deben tenerse en cuenta los tiempos ideales de aplicación, pues según el producto y la técnica elegida, los tratamientos pueden administrarse en la misma sesión o separarse unas semanas.
La evaluación tanto de este como del resto de factores a tener en cuenta a la hora de elegir una técnica u otra, es imprescindible dejarla en manos de un profesional cualificado para evitar complicaciones.
En este sentido, las formaciones superiores específicas, como el Máster en Medicina Estética de CEMP, dotan a los profesionales que quieren especializarse en el ámbito estético de todo el conocimiento necesario para llevarlo a cabo.
En definitiva, tanto los tratamientos con neuromoduladores como con ácido hialurónico, pueden usarse de forma complementaria, para abordar distintas necesidades del paciente y así conseguir resultados más satisfactorios.
¿Quieres saber más acerca de alguno de nuestros Másteres?
Rellena este formulario y uno de nuestros asesores se pondrá en contacto contigo.
¡Quiero información!Las noticias más relevantes para que no pierdas ningún detalle importante de este viaje.
En CEMP, la precisión es la hoja de ruta que marca nuestro camino. Por eso nos comprometemos a ofrecer contenido riguroso y de calidad. Así, cada artículo que publicamos en nuestro apartado de “Noticias” está validado por miembros de nuestro equipo docente, doctores universitarios y profesionales en activo en su sector. Además, somos fieles defensores de la propiedad intelectual, por lo que tenemos tolerancia cero con el plagio.
Estos son los principios que rigen nuestros artículos: